Comedia y pelotas
Ellsworth Vines y Fred Perry eran los grandes dominadores de los torneos Grand Slam de tenis en la década de los años 30. Ambos se convirtieron en jugadores profesionales, algo que les impedía participar en los torneos amateurs más emblemáticos, así que decidieron juntarse fuera de las pistas para invertir en el deporte que les había dado tanta gloria. En 1936 Fred Perry estableció su residencia en California lo que propició estar más cerca de Vines y poner en marcha un proyecto que desembocó en uno de los partidos más locos del tenis.
Inversión en el Beverly Hills Tennis Club
Perry y Vines decidieron invertir una gran suma de dinero en acciones del Beverly Hills Tennis Club. Este complejo fue fundado en 1929 por el también tenista Fred Beasly Alexander, y el actor y periodista Milton Holmes. El elitista club de tenis impedía la entrada a judíos y cualquier persona vinculada a la industria del cine. La idea de ambos tenistas era cambiar estas reglas lo que provocó que pronto una gran lista de estrellas de Hollywood se dejase ver por las instalaciones. Bebe Daniels, Billy Wilder, David Nive, Douglas Fairbansk o Marlene Dietrich, pareja de Fred Perry, eran algunos de los rostros conocidos de la gran pantalla que se animaron a empuñar la raqueta. Para que estas estrellas luciesen en un local a su altura también se invirtió en mejorar las instalaciones, algo que se celebró a la conclusión de las obras con una curiosa ceremonia de inauguración.
Entre el revés y la comedia
En una charla entre Harpo Marx y Fred Perry surgió la idea de celebrar un partido de tenis que enfrentase a los dos nuevos inversores en una especie de Estados Unidos – Gran Bretaña. Ambos estarían acompañados de actores, un guiño simbólico a la inclusión de los nuevos socios. El evento tenía que ser atractivo y divertido, por lo que Ellsworth Vines utilizó su gran amistad con Harpo para proponerle la presencia de su hermano Groucho en el partido para hacer pareja con él. El cómico apenas había jugado al tenis pero su presencia le daría un toque divertido. El compañero de Fred Perry sería Charles Chaplin, el actor que dio vida a Charlot y un gran amante del tenis pues lo practicaba con bastante asiduidad. No fue difícil convencerlo pero tenía fama de mal perdedor como demostró con el incidente que tuvo con el Max Woosnam cuando lo derrotó jugando al ping-pong. Las parejas estaban listas para el comienzo del espectáculo, el mismo que recogía a dos de los mejores tenistas del momento y a dos de los mejores humoristas, Groucho, que acababa de estrenar Un día en las carreras, y Chaplin había hecho lo propio con Tiempos modernos el año anterior.
Un loco partido
El 14 de julio de 1937 fue el día elegido para celebrar el partido de inauguración del “nuevo” Beverly Hills Tennis Club. Las gradas estaban llenas de un gran elenco de estrellas y personajes adinerados que atónitos vieron como Groucho Marx saltó a la pista con 12 raquetas de tenis y una maleta. Perry le preguntó qué contenía la maleta, a lo que Groucho respondió que era la táctica secreta. La carencia de calidad tenística de Marx, perdió junto a Vines los primeros juegos, la palió con su característico humor. Primero Chaplin le dio una raqueta de ping-pong para ver si con ella tenía más destreza. Al cabo de unos instantes, Groucho sacó un saco de dormir de la maleta y se tumbó en la pista. Los asistentes rompieron a reír mientras Groucho abría nuevamente la maleta para invitar a sus compañeros de partido a un improvisado pic-nic a ras de pista junto a la red. La victoria final fue para Fred Perry y Charles Chaplin por 6-1 y 9-7.
Fotografía | AP