Cultura

La leyenda de Little Bastard

Tras el accidente mortal de James Dean el Porsche Spyder 550 que conducía estuvo envuelto en una serie de episodios oscuros y trágicos.

El Porsche maldito de James Dean

James Dean fue un apasionado de los automóviles y las motocicletas, incluso disputó algunas pruebas como piloto amateur y de camino a una de ellas encontró la muerte en un cruce de la Ruta Estatal 466 con la Highway 41 tras recibir el impacto de una Ford Custom Tudor coupé del 50. El Porsche 550 Spyder que conducía quedó destrozado ya que el bólido estaba diseñado para competir y apenas pesaba 600 kilos. La mayoría de componentes eran de aluminio y montaba un motor boxter de cuatro cilindros atmosférico con 110 cv, lo que le permitía superar fácilmente los 200km/h. Una máquina preciosa que esconde una leyenda negra tras el fallecimiento de Dean.

Comienza la leyenda negra tras Dean

Después del trágico accidente, el automóvil quedó practicamente inservible y fue George Barris, amigo de Dean y encargado de prepararlo cuando lo adquirió, el que lo compró por 2.500 dólares a la aseguradora. Barris quería restaurar el Porsche y lo llevó a su taller en Fresno donde ocurre la primera desgracia. Cuando los restos del Spyder estaban siendo depositados por la grúa las cuerdas que lo sostenía se rompieron y cayeron sobre uno de los mecánicos rompiéndole las dos piernas. El incidente fue visto por Barris como un mal augurio y se negó a repararlo y se propuso venderlo por piezas: el motor a Troy McHenry, la caja de cambios a William Eschrid y las ruedas a un joven de Nueva York que vino a buscarlas al taller. Los tres compradores iban a competir en varias carreras de automoción. McHenry perdió la vida tras chocar contra un árbol. Eschrid se salió del trazado y sufrió un grave accidente que lo dejó convaleciente. El joven no pudo llegar a correr porque, de camino, sufrió el reventón en las ruedas que había adquirido sufriendo un grave accidente que le llevó a cruzar toda la cuneta y le llevó a estar durante un tiempo en coma.

Robo en el taller

El resto de piezas que no habían sido vendidas del coche descansaban en el taller de Barris. Un individuo que conocía la relevancia de lo que guardaba el amigo de Dean, intentó sustraer el volante y durante el robo perdió un brazo. La leyenda negra continuó con un incendio en el propio taller donde todos los coches quedaron calcinados excepto lo que quedaba del Little Bastard, una curiosa coincidencia del coche en el que pareció quedarse un mal augurio desde James Dean perdió la vida.

Expuesto para concienciar

Lo que quedaba del auto maldito fue girando en diferentes exposiciones a lo largo de Estados Unidos para concienciar a los conductores de los riesgos de la velocidad y los accidentes mortales, esos de los que ni las estrellas de Hollywood podían librarse. Aquí empezó otra serie de desgracias. En Sacramento varias piezas cayeron sobre un estudiante provocándole una fractura de cadera. En Oregón el camino que lo transportaba tuvo un accidente tras un fallo en los frenos y chocó contra otro coche en el que su conductor acabó muerto tras el fuerte golpe. En Nueva Orleans los restos del Little Bastard se cayeron y se rompió en 11 piezas más. Cuando la gira acabó y se llevaron los restos de a un desguace pero nunca llegaron al lugar y su pista desapareció para siempre.

¿Verdad o leyenda?

Se dice que el Little Bastard se reconstruyó para una exposición en 1960, pero que también desapareció durante el traslado y otros cuentan que existe una puerta en el Volvo Auto Museum de Illinois pero que no se atreven a comprobar si realmente es del coche original debido a toda la tragedia que envuelve al automovil. Se cuenta también que algunas piezas del coche están en poder de un familiar del actor. Especulaciones han existido alrededor de la historia debido a la falta de nombres, ubicaciones y datos concretos en los hechos sucedidos que hacen entrever que la leyenda fue alimentada intencionadamente para conseguir que las piezas del vehículo de James Dean se convirtieran más si cabe en un preciado tesoro de coleccionista. Lo que si es cierto es que el coche se ha convertido en un icono de la historia del automovilismo y quedará ligado siempre a la figura de James Byron Dean.

Fotografía | Cordon Press | Getty Images

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