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Heysel 1985

29 de mayo de 1985 se convirtió en uno de los días más tristes de la historia del fútbol, 39 personas perdieron la vida en el estadio de Heysel.

El día que el fútbol perdió

El parque ferial de Heysel, situado en Bruselas, es un lugar tranquilo y famoso por el Atomiun, la Exposición Internacional de 1935 y la Expo de 1958. Solo una placa en honor de los 39 fallecidos hace presuponer la tragedia vivida en el estadio situado en este lugar la fecha del 29 de mayo de 1985. Tristemente, ese día sirvió para que se tomaran las medidas adecuadas para mejorar la seguridad en los estadios de fútbol: se eliminaron las zonas sin asientos y las vallas metálicas entre el graderío, se crearon una serie de criterios para evaluar el riesgo de los partidos, se prohibió la entrada de bebidas alcohólicas y se empezó a perseguir a los ultras.

Decadencia del fútbol inglés

La historia del fútbol cambió ese mismo día. Se sancionó a los clubes ingleses, dominadores de Europa en la época, con cinco años sin poder participar en competiciones europeas, en el caso del Liverpool el castigo fue de seis años. Se terminó con la hegemonía de clubes tan poderosos como el Aston Villa, Liverpool, Nottingham Forest o Ipswich Town, que habían reinado los últimos años en las distintas competiciones de Europa. La justicia belga inculpó a 14 aficionados del club red y los sentenció a tres años de prisión pero finalmente cumplieron la mitad de la condena ya que fue suspendida tras el recurso de la defensa al entender que el homicidio fue involuntario. A pesar de todo, el gobierno británico no tomó medidas más severas hasta cuatro años más tarde cuando tuvo lugar la Tragedia de Hillsborough, el hecho más oscuro del fútbol inglés.

Estadio de Heysel

El lugar del trágico suceso tampoco es el mismo a día de hoy, pues se remodeló por completo y se renombró como Estadio Rey Balduino en honor del monarca Balduino I de Bélgica. El antiguo estadio de Heysel tenía carácter multiusos, ya que una pista de atletismo rodeaba el verde del terreno de juego. El emplazamiento fue inaugurado el 23 de agosto de 1930 con ocasión del campeonato mundial de ciclismo en pista y las celebraciones del centenario de la Independencia de Bélgica. En 1971 se instaló la pista de atletismo sintética, convirtiéndose en la primera instalación deportiva de Bélgica con este equipamiento. El estadio albergó grandes eventos como el Campeonato Europeo de Atletismo de 1950, La final de la Copa de Europa de 1958, 1966 y 1974, la Recopa de Europa de 1964, 1976, 1980 y 1996, o la Eurocopa 2000.

Precedentes peligrosos

La mañana del miércoles 29 de mayo de 1985, 6.000 hinchas del Liverpool desembarcan en el puerto belga de Ostende y son escoltados en tren por 560 policías hasta Bruselas. A lo largo del día se producen incidentes y destrozos en la ciudad. La tensión que generaba el partido era evidente conociendo la gran rivalidad que se vivía entre la Liga Inglesa y el Calcio por coronarse como la mejor liga del momento, los equipos de ambas competiciones dominaban Europa en ese momento. Un año antes el Liverpool ganó la final de la Copa de Europa contra la Roma en los penaltis. El encuentro se disputó en el Estadio Olímpico de Roma, situación que aprovecharon los ultras de la AS Roma para verse en superioridad y atacar violentamente y sin pudor a los hinchas reds en su ciudad.

Organización deficiente

17:00 de la tarde, el dispositivo de seguridad no se equivoca y los hinchas de ambos equipos empiezan a llegar a las inmediaciones del estadio. Por el momento los incidentes son escasos y las entradas en reventa alcanzan precios diez veces superiores a los fijados en un principio. No importa lo que se pague ya que se enfrentan dos de los mejores equipos del mundo, el Liverpool de Kenny Dalglish e Ian Rush y la Juventus de Turín capitaneada por el mejor jugador de la época, el francés Michel Platini. Cinco meses antes, en la Supercopa de Europa se habían enfrentado con victoria para los italianos.

El control durante la adquisición de entradas fue deficiente y aficionados del Liverpool y Juventus adquirieron localidades en ubicaciones coincidentes reservadas en un principio para seguidores belgas en el sector Z del estadio. El movimiento hooligan y ultra, que vivía sus años de auge, se encontró en un gran evento como la final de la Copa de Europa y un estadio abarrotado con más de 60.000 espectadores. Los ingleses querían revancha y los antecedentes eran propicios para lo que se viviría instantes después.

Tragedia

Sobre las 19:00 horas, aficionados radicales del Liverpool, la mayoría en estado de embriaguez, encontraron la situación ideal para cobrarse su venganza. Situados de pie junto a un córner en la zona contigua a los aficionados juventinos, empezaron a tirar botellas, palos, líquidos, piedras y todo objeto que encontraban. No tuvieron suficiente con esto así que derribaron la valla que los separaba de los tifosi y se abalanzaron sobre estos. Se iniciaron cargas por parte de la policía para intentar controlar la situación. Los italianos, que querían alejarse del problema, se fueron replegando para quedar apresados por las vallas protectoras y el muro que delimitaba el fin de la grada.

Las dramáticas imágenes dieron la vuelta al mundo, ya que las televisiones encargadas de retransmitir la final conectaron con anterioridad para cubrir la previa del encuentro. Gritos, desesperación, montoneras, asfixias, muertes… El partido terminó disputándose, pese a la negativa de los clubs y los jugadores, una hora y media después ante el miedo de no poder controlar la situación tras la reacción de las aficiones ante los sucesos. Jacques Georges, presidente de la UEFA por aquel entonces, fue uno de los que tomaron la decisión:

“Tras una reunión con las autoridades y la Federación belga y el alcalde de Bruselas, decidimos continuar porque si suspendíamos el partido y echábamos a esas 60.000 personas a las calles de Bruselas no hubiéramos tenido 39 muertos sino muchos más”

El árbitro del encuentro, André Daïna, habló a posteriori de lo acontecido:

 “Tuve que rechazar mi creencia moral de que había que cancelar la final. Dadas las circunstancias, había que continuar”

El balón corría aún con cuerpos sin vida que yacían sobre una de las zonas visibles del estadio. Un tanto de penalti de Michel Platini dio la victoria a la Juventus de Turín que alzó la primera Copa de Europa de su historia. El francés fue claro tras el pitido final:

“Jugamos el partido pero el fútbol había desaparecido de la final”

Murieron 39 personas, 32 aficionados de la Juventus, 4 belgas, 2 franceses y 1 irlandés, y 456 más resultaron heridas. El resultado fue lo de menos, el fútbol perdió ese día.

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