Denuncia al mundial sin derechos
Cuando comienza a rodar el balón parece que todo deja de importar y el fútbol se torna como protagonista, más si cabe en una cita mundialista, pero este año la copa del mundo es distinta. La designación como sede ya fue rara. Un país sin tradición balompédica e infraestructuras necesarias se impuso a Corea del Sur, Japón, Estados Unidos y Australia, países con efervescencia futbolística en los últimos años y que una cita de estas características le hubiera venido estupendamente para hacer crecer este deporte en sus territorios. De los 22 representantes que participaron en la votación para designar la sede, 10 se vieron salpicados por casos de corrupción, incluido el expresidente de la FIFA Joseph Blatter que llegó a calificar posteriormente de un error la elección. Tradicionalmente los mundiales se han disputado los meses de junio y julio pero es inviable la práctica del fútbol en Qatar durante esas fechas y para ello se ha trasladado a los meses de noviembre y diciembre lo que ha provocado que se tengan que parar las grandes competiciones para dar cabida al torneo. Algo insólito que altera las competencias caseras e internacionales y las preparaciones de los jugadores, por no hablar de la cantidad de futbolistas que se perderán la cita mundialista por lesión debido al inminente inicio de este Mundial. Para cuidar un “poco más” a los jugadores se han construido monumentales estadios con sistemas de climatización, algo sencillo para los “petrodólares” a los que no se les pone nada por delante excepto la de poner las condiciones adecuadas a los trabajadores que han participado en las obras. Un estudio de The Guardian revela que cerca de 6.500 obreros han fallecido durante la edificación de instalaciones deportivas en Qatar para acoger el Mundial, un número que corresponde a los operarios migrantes que trabajaron desde que se asignó al país como sede. Los trabajadores migrantes carecen de derechos y han sido usados como mano de obra barata hasta la extenuación. La vulneración de derechos humanos es evidente en este territorio gobernado por una monarquía ultraconservadora donde las mujeres son meros objetos al servicio de los hombres y donde desempeñan un papel residual en una sociedad machista. El simple hecho de mostrar un gesto de cariño como un beso a tu pareja en la calle puede ser castigado, por no hablar de si eres homosexual que puede ser penado con la cárcel. Varios equipos entre los que se encuentran Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Gales, Inglaterra, Países Bajos y Suiza, portarán brazaletes arcoíris como respuesta a la criminalización del colectivo LGBTI. Aficionados de “cartón piedra”, catarís disfrazado con camisetas de todos los países, campan por las calles alentando a distintas selecciones dejando una imagen patética que obvia que hasta los hinchas están comprados para darle color al evento. Se vislumbra que los desplazamientos de las aficiones serán minoritarios pero si quieres viajar para disfrutar de los partidos olvídate de beber una buena cerveza ya que ha sido prohibido el consumo de alcohol en cualquier punto del país, algo nimio tras lo citado anteriormente pero que incrementa la lista de prohibiciones. A lo largo de la historia se han disputado mundiales con malas organizaciones, conflictos entre países de por medio e incluso con un dictadura en el organizador, pero en pleno siglo XXI no es de recibo que una Copa Mundial se dispute en un estado del terror por mucho dinero que haya de por medio. Podrán comprar lo que se les ponga por delante pero no la dignidad de organizar un evento de manera limpia hasta que se derriben las barreras existentes.
No compartiremos nada referente a la competición a excepción de hechos que denuncien la celebración de la edición de la copa del mundo en el propio país. Desde Revista Supporter decimos NO al Mundial de Qatar 2022.