Entre la vida y la pista
Cuando naces en una familia de atletas es más fácil que el primer deporte que empieces a practicar sea el atletismo. Puedes incluso llegar a amarlo. Disfrutas con algo que te gusta hacer, que te han inculcado desde el primer día. Primero empiezas por los 100m valla y después te lanzas al triple salto. Te diviertes con los compañeros y creces en la pista. Crecer implica cambios y responsabilidades, los amigos se convierten en rivales y las marcas son el objetivo. El amor por ese deporte se ha desgastado y necesitas cambiar tu rumbo, hasta un lugar tan lejano como Australia donde aunque lo quieras olvidar siempre bajas a la pista para recordar los buenos momentos. Entonces llega el día en el que te das cuenta de que no puedes vivir sin ese amor y que la historia debe continuar entre la vida y la pista.
El atletismo ha estado presente para ti desde el primer día.
Toda mi vida ha girado alrededor de este deporte, llevo practicándolo desde los diez años y toda mi familia siempre ha estado vinculada. Mi padre es mi entrenador, él conoció a mi madre cuando ambos competían. Mi hermana entrena con nosotros pero junto con mi madre se han desvinculado un poco. Siempre vienen a verme a las competiciones importantes.
¿Qué influencia tuvieron tus padres cuando empezaste a practicarlo?
Mi padre hacía triple salto como yo ahora mismo. Mi madre practicaba 400m valla que era la modalidad por la que empecé, me estuvo entrenando al principio. Dejaron de entrenar al nacer nosotras pero cuando cumplí diez años volvieron a practicarlo y me engancharon. Después empezó mi hermana y ya éramos cuatro atletas en la familia.
Que un padre sea al mismo tiempo el entrenador no es algo muy común, ¿cómo es vuestra relación?
Tengo suerte de llevarlo bien con él porque somos dos personas con un carácter muy calmado. Conozco otros casos en los que es más tensa la situación. Mi hermana tiene más carácter y chocaban más. Al final si nos enfadamos en casa acaba influyéndote porque te lo acabas trayendo a la pista. Cuando tienes un mal día y no te apetece más hablar de atletismo, llegas a casa y él sigue hablando… le pido mi espacio. Lo bueno compensa con lo malo porque cuando algo sale bien lo estás disfrutando con tu padre, no solo con tu entrenador. Es una doble satisfacción.
¿Te has planteado alguna vez el cambio de entrenador?
Estos últimos años han sido raros. Cuando las cosas empiezan a ir mal te planteas cambios y ese podría ser uno de ellos. La verdad que siempre me ha ido bien con él, muchos factores influyen y no solo el del entrenador. Confío en sus entrenamientos pero ahora me conozco más a mí misma y se como reacciona mi cuerpo. También aporto mi punto de vista.
Empezaste muy pequeña a practicar atletismo.
Era muy divertido, hice muchos compañeros y al final eso es una de las cosas que te motiva para entrenar. Nunca he sido una niña que destacara, simplemente me gustaba, me lo pasaba bien, estaba con mi familia y mis amigos. Fue todo muy positivo para mí.
¿Cuándo te diste cuenta de que esto iba enserio?
Cuando empecé a ir a los Campeonatos de España en cadete con 13 o 14 años. Al principio en la modalidad de valla, el mérito era simplemente ir. Después empecé con el triple salto y en mi primer Campeonato de España fui como repescada ya que no conseguí la marca mínima. Tiraron de ranking, era la siguiente y tuve suerte. Era la última pero una vez allí hice marca personal y quedé cuarta. Empecé a verlo todo de otra forma.
Comienzan los viajes por España y por Europa.
He viajado de muchas formas. Cuando he ido con la selección madrileña era más pequeña y nos juntábamos todas las disciplinas de atletismo. Las concentraciones eran muy divertidas porque pasábamos tres o cuatro días sin padres, entrenando en la playa y compitiendo todos juntos, hacías muchos amigos. Los viajes a los Campeonatos de España son de viernes a domingo, vas con tu club y te pone un autobús o te pagan la gasolina si vas en coche. Depende de la cantidad de gente que vaya. Cuando eres pequeña lo disfrutas más porque el objetivo es divertirte compitiendo sin necesidad de marcarte objetivos. Cuando fui con la selección española era más mayor y solían ser entre cuatro y cinco días. Aquí cada uno se organiza el viaje por su cuenta: en tren, coche, autobús… pero te pagan el desplazamiento. Es un rollo distinto, todo es más serio pero te vas midiendo a las personas con las que compites. En muchos casos te llevas con ellos y no deja de ser un aliciente, el ambiente es muy sano. Los viajes internacionales son una pasada, es una sensación muy imponente. Conoces otro país aunque tampoco te da tiempo a recorrerlo con detalle pero ves el atletismo con gente de otros lugares que habla otro idioma. Compites en una pista en la que no has estado en tu vida, en general el ambiente que se respira es distinto. Al final haces mucho equipo con todos los compañeros de la selección y te llevas muchos amigos. Te apoyan en todo y eso une.
¿Has perdido la diversión que tenías en un primer momento según has ido creciendo?
Sí, sin duda. Es muy duro decirlo pero cuando te empiezas a profesionalizar pierdes la diversión y ya no lo haces simplemente porque te gusta. Ahora lo importante es la obtención de un rendimiento, cuando lo consigues te da un subidón increíble pero también pasas mucho tiempo malo. Te acabas preguntando si te compensa seguir porque ya no te estás divirtiendo, lo estás haciendo para obtener un objetivo que no estás alcanzando. Este año estoy trabajando con una psicóloga deportiva y está buscando esa diversión que he ido perdiendo a lo largo de los años. Me dice que me fije en los pequeños detalles y que disfrute cada cosa que hago. Es complicado a lo largo de una carrera no perder el punto de diversión.
En 2013 acudiste al Campeonato de Europa sub23.
Fue increíble. La mínima para acceder la hice tres semanas antes de viaje, mejoré mi marca personal bastante. Fue un subidón de emociones a última hora. La mayoría de gente que iba llevaba varios campeonatos europeos pero este el primero al que acudía. Todo es especial desde recoger la ropa oficial, ir con toda la selección en el avión… Una vez allí coincides con otras selecciones en el hotel. A nosotros nos tocó con Reino Unido, Croacia, Lituania… convivir con ellos en el comedor, el ambiente en la pista… era otro rollo muy distinto. A pesar de estar muy nerviosa lo disfruté mucho.
Con los años fuiste bajando la participación en las pruebas y te planteaste un año de desconexión en Australia.
Llevaba tres años sin mejorar marca, estaba en un punto de nivel en el que tenía que dar el gran salto y de repente empezó a ir todo mal. Terminé la carrera, no mejoraba mi nivel personal, mis compañeros empezaban a trabajar… tenía que elegir entre el trabajo o entrenar bien. Si bajas el nivel empiezas a ganar menos dinero con las competiciones. Necesitaba un cambio y Australia ha sido un destino que siempre me ha gustado mucho y me ha llamado la atención. Si me tenía que ir que fuera a la otra punta del mundo. Me fui y estuve seis meses donde continué entrenando pero no al mismo nivel que aquí. Ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida porque he venido con las pilas cargadas, con esas ganas de entrenar que había ido perdiendo y siento que disfruto mucho más las cosas. Venir a entrenar, vestirte, salir a la pista… aprecio todo mucho más.
¿Te has planteado alguna vez dejarlo?
Sí, estos últimos años han sido muy duros. Cuando empecé la temporada, justo antes de tomar la decisión e irme a Australia, me dije que me lo tomaría con otra actitud a pesar de que todo fuese a ir mal. El Campeonato de España es la última de la temporada y es cuando tienes que hacerlo bien. En ese campeonato me pegué un buen golpe y no acabó saliendo. Ni me acuerdo de la competición, la he borrado. Recuerdo todos los campeonatos de España pero ese lo eliminé. Cuando acabó ese campeonato lo pasé muy mal y estuve pensando en dejarlo. No me compensa estar así en una cosa que me ha dado tantas alegrías.

¿Crees que la vida del atleta es más sacrificada que la de otro deportista?
No conozco en profundidad otros deportes pero tengo la experiencia de otros atletas que se han cambiado a deportes individuales y colectivos. Voy a clasificarlos así porque creo que en un deporte individual depende de como estés física y mentalmente en ese momento. Dependes de un buen descanso o factores externo, todo te influye hasta el más mínimo detalle. Además el atletismo es un deporte que depende mucho de ese momento exacto donde todo tiene que estar en armonía. En un deporte colectivo puedes estar más arropado por tus compañeros aunque no estés bien. Es sacrificado y entrenan muchas horas, al igual que lo hacemos nosotros pero a nivel personal es distinto. Una compañera que hacía atletismo dejó de conseguir resultados y se pasó al Voleyball, un deporte que había practicado antes, y ahora es feliz.
¿Has sacrificado aspectos de tu vida personal por el atletismo?
Sí, cuando estaba estudiando la carrera todos mis amigos proponían planes para salir y yo nunca podía. Reduces tu vida social por el atletismo, merece la pena y no me arrepiento de nada. Es complicado porque la gente no lo entiende, incluso se alejan de ti o dejan de ser tus amigos porque no conciben que no puedas quedar con ellos porque estás implicada en un deporte. Cuando tenía alguna competición el sábado y ellos querían salir un jueves, no entendían porque no iba con ellos, ni se me ocurría, ni cuando tenía el Campeonato de España salía en todo ese mes. Si son muy amigos o practican atletismo lo entienden, si no es complicado.
Este año estás trabajando con una psicóloga.
Llevamos poco tiempo, al principio analizamos de dónde parto. Busca que disfrute con lo que hago y que no me obceque con la marca o la meta final. Es un poco complicado porque entrenas por algo: competir. Me cuesta concebir el deporte sin competición y estos años creo que van a ser muy importantes para mí en el aspecto mental. Creo que es esencial. Lo he visto en compañeros, si estás un día al 60% y mentalmente estas fuerte vas a poder dar el 70%. Nunca el 100% porque el físico es fundamental pero la mente puede hacerte subir el rendimiento. Sí físicamente estás perfecto pero mentalmente no estás bien no vas a dar ni la mitad en el rendimiento deportivo.
Vives en gran medida influenciada por el atletismo.
Intento desconectar, sobre todo últimamente. Antes tenía un gran seguimiento incluso en las redes sociales, estaba muy informada pero estos años me he saturado tanto que he intentado desconectar mucho. Que mi padre sea mi entrenador complica un poco las cosas sobre todo cuando he tenido un mal día no quiero seguir hablando de atletismo y él me propone cambios para mejorar. Considero que haberme centrado exclusivamente en el atletismo es lo que me ha quemado psicológicamente. Es totalmente necesario tener otra cosa, lo que sea, me da igual. Algo que te guste y que te haga sentir satisfecho que no sea solo el deporte. Tener un mal día es fácil y como solo tengas eso te acabas hundiendo.
Es uno de los deportes donde el foco sobre el dopaje es más grande.
El atletismo, el ciclismo… son deportes individuales que tienen un alto nivel de exigencia física y es más fácil pillar a una persona que se está dopando. Quizás necesiten doparse más a menudo que otros deportistas al ser deportes en los que solo dependes de ti para obtener resultados. La lista de sustancias dopantes en el atletismo es más grande que en el fútbol por ejemplo. Se nos ha puesto la etiqueta de que “todos van dopados” y cuando sale una noticia se magnifica mucho. Me parece estupendo que se vea y se sepa pero que se controle en la misma medida en todos los deportes y todos los deportistas, no solo de los que nos interesan.
¿Crees que en otros deportes hay el mismo nivel de dopaje pero no se habla de ello?
No es una cosa de la que sepa mucho. En atletismo dan mucha caña sobre eso y nos acaba repercutiendo más, en otros deportes no se incide tanto, no buscan tanto. No sé poner ejemplos porque no puedo asegurarlo con certeza. No me creo a nadie, en el alto nivel de cualquier deporte hay un porcentaje alto de gente que se dopa. Creo que pasa en todos los deportes, no solo en el atletismo. Debería de haber otras formas de mediarlo, es injusto que la sustancias dopantes en el atletismo sean más que en otros deportes en los que se permiten ciertas cosas a algunas personas en concreto. Siendo atleta si te metes cualquier cosa, aunque tengas un problema o enfermedad, ya no puedes competir. Si tuviera un problema de salud y me metiera hormona de crecimiento no podría competir porque es ilegal.
Lionel Messi, uno de los mejores futbolistas de la historia, tomó hormona de crecimiento cuando era pequeño por unos problemas en su desarrollo, ¿se permiten más sustancias en otros deportes al ser más mediáticos?
Sí, que eso haya influido en su rendimiento no lo sé. A muchos altos deportistas pienso que se les tapa. Me cuesta creerme a la gente porque he visto a tanta gente hacer marcas sospechosas. Te lo cuestionas y si me lo dicen no me va a sorprender. Hay una parte de mí que piensa que hay personas que se les tapan por interés.
¿Te has mordido la lengua en alguna ocasión?
Sinceramente no conozco a nadie que me lo haya asegurado. Las personas cercanas, compañeros de entrenamiento, competición que tengo en atletismo, puedo parecer una incrédula, pienso que no lo hacen. Las conozco y no me da esa sensación. Ha nivel internacional, incluso las estrellas, no solo en atletismo, por publicidad, sponsors, no tirar abajo un deporte… pienso que sí han podido taparlas. No te digo que lo hagan a menudo pero puntualmente han dado positivo y se han callado. No me sorprendería porque al final lo que se mueve es el dinero y los intereses personales. Hay muchas factores involucrados ahí y se va a hacer todo lo posible porque no se vea. El problema es que a todos los deportistas no se les trata igual.
Has dudado de alguien en alguna competición.
Sí… hay cosas que te rechinan un poco.
No acaban de llegar grandes resultados en atletismo español como por ejemplo los que se vivieron en Barcelona 1992, ¿cuál crees que es el motivo?
No estoy de acuerdo, el problema es que la gente solo mira las medallas o el campeonato del mundo. No miran que hemos pasado de no tener finalistas a tener muchos en diversas pruebas. El equipo ha crecido en muchos campeonatos internaciones, luego en las competiciones te pueden pasar muchas cosas, no se te dan como esperabas. También hay que tener en cuenta las ayudas económicas y sociales que tenemos nosotros con las que por ejemplo tienen en Alemania o en otros países. Aquí tampoco se tiene el reconocimiento, hay mucha gente que destaca o podría destacar y no tiene ese apoyo, eso hace que lo dejes por los estudios o el trabajo. Cuando llegas a la edad de trabajar también tienes que dar un salto competitivo. Pero te planteas ganar dinero para vivir, si basas todo en el atletismo sin ayudas y tienes un año malo no cobras nada. Eso influye aunque el nivel está mejor que hace un tiempo. Antes la gente se fijaba en fondo pero ahora estamos destacando en otras pruebas en los concursos. No son tan vistosos pero aún así la gente no sabe valorar un puesto finalista. Eso no vende en la prensa, solo vende el “Ha quedado campeón de mundo”, el problema es que campeón del mundo solo puede haber uno.
¿Dónde está tu pico competitivo?
Espero que no haya llegado ese momento. Hace unos años me planteaba objetivos más grandes. Me gustaría llegar a estar en un europeo absoluto aunque es complicado. Estoy en un momento en el que plantearme esas metas me crea ansiedad. Está presente y es un objetivo a largo plazo pero no es una cosa en la que pienso ahora mismo porque no estoy preparada para ello. Si llego bien pero si no por lo menos lo habré intentado.
Este año afrontas la vuelta a la competición.
Lo hago con ganas porque llevo un año fuera del atletismo. También tengo miedo porque no quiero volver a pasarlo mal. Al final siempre vencen las ganas por volver porque quiero sentir esa sensación de competir.
¿Sueñas con los Juegos Olímpicos?
¿Quién no? Es el premio más grande para cualquier deportista. Lo veo poco posible pero nunca se sabe porque no sé donde está mi tope.
Fotografía | Raúl Neciosup | Texto | Daniel Juárez