Sueños forjados en la Tacita de Plata
1 Eurocopa, 2 Ligas, 2 Copas, 3 Supercopas y 3 Campeonatos de Europa representan, por el momento, un historial difícil de imaginar para aquella niña que vivía en Cádiz y empezó a compaginar el fútbol sala con el flamenco. Una aventura que comenzó muy pronto y que la llevó a salir de su ciudad natal para comenzar una andadura por Córdoba, Valladolid, Alicante y Navalcarnero. A las filas del Futsi Navalcarnero y la selección española aspira a liderar ambos conjuntos y seguir escribiendo su historia.
¿Qué es para ti el fútbol sala?
Es mi vida, el camino que he querido escoger y estoy muy satisfecha con el trabajo realizado hasta ahora, sobre todo con mi trayectoria deportiva. Al final llegará un momento en el que tenga que decidir y no podré seguir jugando pero de alguna manera u otra el fútbol sala seguirá perteneciendo a mi estilo de vida porque ahora mismo no encuentro mi vida sin él.
¿Cómo fueron tus inicios en Cádiz?
En el trabajo de mi madre, un centro de educación infantil, donde iba con mi hermano y otros compañeros. Allí jugábamos partidillos. Me dijeron que me apuntara a un equipo de Cádiz y empecé con 5 años. Era muy pequeña, quería probar y al final mira donde acabó la cosa.
Al principio compaginabas clases de flamenco con el fútbol sala.
En Andalucía sabes que tira un poco el flamenco. A mi familia le gustaba pero empezaron a solaparse los horarios y cuando tocó elegir me decanté por el fútbol sala porque pensaba que se me iba a dar mejor.
Cuando comenzaste a jugar, ¿quién fue tu referente?
Siempre lo digo, Fran Cortés ha sido una de mis primeras influencias. Era un jugador del Cádiz, jugué con él y fue el que me dijo que me apuntará a un equipo. Luego mi referente ha sido Montse, una jugadora que no ha llegado a más porque no quiso salir de Cádiz, añoraba mucho su tierra. Ha tenido ofertas del Futsi Navalcarnero donde yo milito actualmente y ella dijo que no se iba. Ha sido mi gran ídolo, mi compañera, mi entrenadora y mi amiga.
Te marchaste muy joven a Córdoba.
La adaptación fue muy fácil. Córdoba estaba a dos horas de mi casa, de mi familia y mis amigas. Tenía ofertas del Futsi Navalcarnero con 16 años pero creo que cada edad tiene un paso como jugadora. Me estaría saltando etapas de mi vida si hubiera aceptado ir a Navalcarnero tan joven. Decidí seguir formándome, acumulando minutos y experiencia. A los 19 años ya me sentía con fuerza y con ganas de poder demostrar mi juego en otro club. Me quería ganar mi sitio en otro equipo, seguir aprendiendo y jugar en primera división.
Después te fuiste a Valladolid.
Fue un cambio mayor, ya que ha sido el equipo en el que más dificultades he tenido para adaptarme por el clima y la sociedad. Al equipo le faltaban algunas infraestructuras que otros clubs si tenían y la plantilla no era muy amplia. Aun así de todo se sacan cosas positivas y en ese equipo cogí experiencia en primera división. También pude echarme el equipo a la espalda, que eso te da fuerza para seguir cosechando éxitos, y dar un paso adelante como cuando me fui el siguiente año a la Universidad de Alicante.
En Alicante mejoraste el rendimiento y conseguiste tu mejor marca goleadora en primera división.
Tengo mucho cariño al club. Terminé la vida universitaria, la ciudad me dio mucho e hice muchas compañeras. El haber estado dos años consecutivos me permitió conocer a más gente y pude adaptarme mejor a la ciudad. Me sentí muy cómoda en el juego colectivo entrenada por Carlos Navarro, un referente del juego de cuatro, y sobre todo la cifra goleadora, no es un registro que suelo hacer porque no es mi cualidad. Soy jugadora de equipo, nunca me marco un número solo aportar por y para el equipo. Allí también conseguí los primeros títulos universitarios y la primera llamada de la selección.
¿Cómo fue el debut con la selección española?
Fue en Moscú y la verdad que estaba muy nerviosa. No esperaba que sonara el himno y sentir lo que sentí. Te lo puedes imaginar pero es una sensación que no se puede describir, hay que vivirla. Cada vez que me pongo la camiseta de la selección esté donde esté, sentir ese himno… te preguntas si todo ha merecido la pena, todo el esfuerzo, el camino que has recorrido para conseguir lo que más ansiabas que era llegar a la selección. Mi objetivo nunca ha sido quedar dos veces segunda mejor jugadora del mundo, eso es algo extra gracias a los títulos y al nivel mostrado con el equipo y la selección.

El siguiente paso fue el Futsi Navalcarnero, el equipo más laureado de los últimos tiempos. ¿Cómo se fraguó tu llegada al equipo?
Fue durante una Copa que se celebró en Navalcarnero. Cuando finalizó el torneo me quedé por aquí de vacaciones y a los tres días me llamó el presidente. Tenía dudas porque no sabía si quedarme en Alicante, tenía ofertas de Italia… pensé que no podía cruzar el charco e irme a Italia para ganar títulos cuando no los había ganado aquí. No hubiese sido leal conmigo y mis principios. Quería conseguir todos los títulos posibles en España y sobre todo asentarme en la selección, si me hubiese ido esto último seguramente no hubiese sido posible.
Venías a un club campeón, ¿qué supuso a nivel personal?
Personas de mi entorno me aconsejaron que era lo mejor, que aprendería de un gran entrenador y que podría ganar títulos. Otros me decían que había jugadoras internacionales y que tendría que acostumbrarme a jugar menos minutos que en Alicante, que si el partido dura 40 no vas a jugar 38 minutos. Sabía a que equipo iba queriendo afrontar el reto y si jugaba menos serían menos minutos pero de calidad. Seguiré aprendiendo y mejorando porque mis compañeras y mi entrenador van a ser mejores. Me iban a exigir muchísimo más. Tenía claro que iba a ser feliz haciendo lo que más me gusta y que me haría un hueco en este equipo trabajando.
Un equipo de una localidad con cerca de 30.000 habitantes que ha conseguido convertirse en uno de los más ganadores tanto a nivel nacional como europeo. ¿Cuál es el secreto del éxito del club frente a capitales de provincia que disponen de más presupuesto para atraer jugadoras o mayor población para captar talento?
Ha coincidido que las jugadoras del equipo son muy comprometidas, muy profesionales, aman este deporte y les da igual el aspecto económico. Tienen claro cual es su objetivo: ganar títulos. Si para ganar títulos tienes que estar aquí y cobrar menos pues lo asumes y listo. Dejas el apartado económico a un lado. El fútbol sala para nosotras es vivir el presente. Sabemos que no vamos a vivir de ello ni ahora estando aquí ni en otro club. Lo mejor es vivir el presente, ganar títulos y disfrutar de tus compañeras.
Tras lo conseguido durante estos años, ¿cuál es el techo de este equipo?
Cada año nos vamos superando y vamos marcando nuevos objetivos, tanto nosotras como el cuerpo técnico. Los equipos nos conocen más y tenemos que ir mejorando para proponer cosas nuevas. Saben defendernos y atacarnos mejor, nos analizan así que tenemos que ir innovando cosas porque las demás aprietan y se están exigiendo más. A la vista está por ejemplo Burela que este último año han mejorado muchísimo, la última Copa y Supercopa se la llevaron ellas. Dolió mucho perder la Supercopa.
A nivel de club has alzado todos los trofeos y con la selección has sido pionera al conquistar la primera Eurocopa oficiosa que se disputa bajo la UEFA. En este torneo marcaste 5 goles, uno de ellos en la final, ¿qué sentiste al jugar y ganar la final ante Portugal?
Cuando marqué el gol en la final sentí alegría, emoción y rabia porque estaba mi familia en la grada pero estábamos ante 5.000 personas que apoyaban a la selección portuguesa que era la anfitriona. Ya que no jugamos en casa que mejor que ganar ante el máximo rival. Cuando sonó su himno ante su gente o te haces pequeñita y te entran los nervios o asumes que estás en una final, te comes esos nervios y das lo mejor de ti para la selección. Mi familia ha sido los que han hecho posible que pudiese disputar esa final y que sea campeona de Europa porque hicieron un gran esfuerzo cuando yo era pequeña.
¿Cómo fue la preparación para el torneo?
Fue muy bien. Claudia, la seleccionadora, ha sabido coger un grupo muy bueno y muy sano en el que todas nos llevamos bien. El equipo trasmite alegría y eso después se ve reflejado en el juego. Nos gustan las concentraciones largas, está demostrado que en las cortas se nos quedan cosas por trabajar y se nos atragantan los partidos. En la Eurocopa estuvimos 20 días trabajando a tope y al final demostramos muchísima superioridad sobre todo ante Rusia y Portugal.
Brasil ganó entre los años 2010 y 2015 una especie de mundial no oficial. Ahora que la UEFA ha celebrado su primera Eurocopa, sería buen momento para que la FIFA diese el paso.
Ese tiene que ser el máximo objetivo a nivel de federaciones, clubs, jugadoras, directivos… luchar por hacer el primer mundial oficial. Me consta que FIFA nos ha apoyado y la UEFA también ahora que se ha metido con nosotros y apuesta por el fútbol sala. Me gustaría que si esto sucede España estuviese representada y si yo pudiese estar sería un sueño. Tenemos muchas ganas de enfrentarnos a otras selecciones, nuevos rivales y ver al nivel que está la selección española. Creo que hace un tiempo había diferencia con respecto a Brasil pero hoy en día podemos afrontar ese partido de tú a tú porque en España está la mejor liga del mundo.

El deporte femenino está rompiendo barreras en cuanto a títulos, ingresos, rendimiento de las deportistas… ¿Has visto un crecimiento en el fútbol sala femenino desde que empezaste hasta ahora?
Estamos creciendo pero no como el fútbol femenino que está creciendo como un avión. Ellas tienen un fuerte patrocinio y la televisión que se ha metido de lleno. Este año nosotras vamos a tener novedades, mayor visibilidad, el nuevo formato de la competición nos va a exigir más, habrá semanas que tengamos que jugar dos partidos y ahí tenemos un problema porque no somos profesionales. Tendremos que pedir permiso en nuestros trabajos. Será beneficioso para nosotras, ya que la copa se celebrará con la final four de los chicos. Esto es un paso más, y tenemos que aprovechar los recursos del fútbol sala masculino para seguir creciendo y teniendo mayor visibilidad y así equipararnos al fútbol femenino.
Vida laboral y vida deportiva, ¿cómo compaginas ambas?
Ahora trabajo en un colegio, coordino las actividades extraescolares y estoy en el comedor con los niños. También he desarrollado proyectos que fomentan el fútbol sala. En Cádiz empecé hace unos años el Campus Ame Romero, ahora tenemos dos sedes más en Vejer y Madrid. Igual que yo están muchísimas jugadoras, la mayoría, menos las chicas del Burela y del Poio que pueden vivir solo de esto actualmente. Las demás lo compaginamos y al final hacemos lo que nos gusta, es nuestro estilo de vida. Nos da igual que a las ocho de la tarde después de estar reventada de todo el día de trabajo tengas que ponerte a entrenar. Te pones tu camiseta, pantalón, zapatillas y lista para entrenar, un día con menos o más ganas pero siempre que está rodando el balón da igual el cansancio, solo piensas en divertirte y desconectar.
Comenzaste a estudiar Educación Infantil en Córdoba y acabaste en Alicante. Una carrera que tiene mucho que ver con la formación que estás realizando con tu campus.
A través de estos campus damos la posibilidad de que en verano los niños puedan practicar fútbol sala de calidad. No es simplemente dejar al niño a pasar el rato sino para que aprendan, disfruten y que vivan experiencias. Queremos llenar el vació internacional creando una selección mixta que dispute un mundial en Barcelona.
Tienes un historial de trofeos espectacular con todos los torneos que has disputado hasta el momento, ¿qué sueñas ganar?
El Mundial si es posible.
A nivel personal, ¿cuáles son tus aspiraciones?
Ganarlo todo en la misma temporada. Ya tengo para jugar otros dos años más porque la Supercopa la perdimos este. Queremos seguir cosechando éxitos, ganar todos los títulos que se puedan. A pesar de haber perdido el primero aun nos quedan cinco títulos más para seguir ganando. El año que viene se luchará por todos.
¿Te ves jugando en otro equipo o probando suerte fuera de España?
Nunca se sabe. Es cierto que aquí he ganado todo, me han dado la posibilidad de conseguir muchas cosas, mejorar y aprender. No le cierro las puertas a nada. Vivir una experiencia en otro país, en otra ciudad… podría llamarme la atención en mis últimos años, quizás a un nivel más relajado. También tengo que pensar en mis proyectos junto al fútbol sala y tengo una duda existencial que cuando llega junio siempre me toca resolver. Siempre apuesto por el fútbol sala, por la competición española y por continuar ganando títulos aquí.
La vida del deportista tiene una fecha de caducidad, ¿qué vendrá después de esto?
Me formaré como entrenadora porque me encantaría llevar un equipo. Quizás tener mi propia escuela o colaborar con alguna en Cádiz para mostrar a los niños todo lo que yo he vivido. Con poco se puede hacer mucho. Sabemos que hay que dedicarle tiempo, de manera altruista muchas veces pero me encuentro con fuerza. El fútbol sala no lo siento como un trabajo sino como mi vida. Si no puede ser como jugadora como entrenadora, directiva de cualquier club… Estamos haciendo gestiones en Cádiz para empezar. Me encantaría ser un referente en el tema de la promoción del fútbol sala, que se escuche que Amelia Romero lucha por y para el fútbol sala.
Fotografía | Raúl Neciosup | Texto | Daniel Juárez
Os escribo desde El Álamo – MADRID – conozco personalmente a, Amelia Romero,la cual hemos tenido la fortuna de tener a nuestro lado durante ,3 años, como entrenadora de nuestro equipo, Benjamín,de F.sala El Álamo y qué hoy en día, celebrá,su campus Amé Remero, en nuestro Pabellón, sólo puedo decir buenas palabras de ella, es una gran profesional,muy meticulosa y ala vez,muy detallista en el sentido de que le gusta el trabajo bien hecho, pero ala misma vez con un corazón muy grande, cuando sé trata de trabajar con niños y niñas, que como ella han decidido decantarse por este deporte, los niños y niñas,la adoran por el comportamiento que tiene, tanto dentro como fuera de una cancha, seguramente debido a que ella mejor que nadie,sabe lo que es y cuesta esté deporte,a nivel de sacrificio, para la poca recompensa a nivel económico que actualmente, consigues, desgraciadamente con la práctica de este deporte, pero con gente como ella, seguro que en un futuro,no muy lejano,se verá recompensado, gracias a ella y personas como ella,sigue siendo como eres Amelia Romero, seguro que lo conseguiréis, un beso muy grande, dé el humilde conserje de él pabellón de El Álamo, que tantas, horas y batallas, hemos, pasado juntos y espero que sean muchas más, empezando por la próxima segunda edición, del campus, Ame Romero, que celebraremos en nuestro y tú pabellón dé El Álamo, para este verano, té esperamos con los brazos abiertos,campeona.