Pelea entre el amor y la muerte
La noche tiene ese halo especial para ensalzar cualquier velada deportiva y crear una atmósfera que el día no tiene. Quizás sea porque los protagonistas destacan más entre los focos y la oscuridad mientras los espectadores quedan sumidos en un segundo plano detrás de las luces como meros observadores. En este fragmento escrito por Diego Agundez de El habitante del tiempo podemos encontrar una disputa alegórica entre el amor y la muerte representados en la foto de cabecera por la actriz Estelle Taylor y el boxeador Jack Dempsey, pareja en aquella época, en una estampa que bien podría ser la escena que relata Agundez.
A solas, en el cuadrilátero,
atrapado en el tiempo,
el amor está peleando con la muerte.
Desde el principio de todo
ambos bailan.
Tienen sangrando los labios, los pómulos rotos,
los ojos hinchados.
Húmedas tiritas cruzan sus frentes.
En su concentración nada escuchan
los dos púgiles:
se cubren, amagan, esquiva, golpean,
mientras las gotas de sudor que caen de sus cuerpos
alimentan, entre los espectadores mudos,
el correr de la vida.
Sonados, un frente a otro,
y marcándose hasta la extenuación,
están el amor y la muerte
en su juego de piernas.
Cada vez que alguno de ellos
conecta un gancho
en algún sitio del mundo
un hogar tiembla.
Fotografía | Boston Public Library | Poema | Diego Agundez