La alternativa de un padre a su hijo
Eidur Gudjohnsen fue un buen delantero recordado por su etapa en el Chelsea y FC Barcelona donde consiguió buenas cifras goleadoras y trofeos tan importantes como la Liga de Campeones, la Liga española o la Premier League. Además de en esos dos transatlánticos del fútbol europeo militó en el Valur, PSV Eindhoven, KR Reykjavík, Bolton Wanderers, A.S. Mónaco, Tottenham Hotspur, Stoke City, Fulham, AEK Atenas, Brujas, Shijiazhuang, Molde y Pune City. Un auténtico trotamundos del fútbol que esconde una historia única junto a su padre y la selección de Islandia.
Los Gudjohnsen, una familia de futbolistas
Los Gudjohnsen son una familia de delanteros nómadas. Si el hijo se desempeñó en diversos países, su padre Arnor no se quedó a la zaga ya que jugó en el Víkingur, Valur, Stjarnan, KSC Lokeren Oost-Vlaanderen, R.S.C. Anderlecht, FC Girondins de Burdeos, BK Häcken y Örebro SK. Los mejores años en la carrera de Arnor fueron en el Anderlecht donde conquistó títulos y llegó a jugar la final de la Copa de la UEFA en 1984 contra el Tottenham Hotspur. El partido se fue a los penaltis donde Arnor tuvo protagonismo negativo fallando el lanzamiento decisivo que desembocó en el triunfo del Tottenham en esa final. El patriarca de los Gudjohnsen también fue internacional con Islandia con la que disputó 73 partidos en los que anotó 14 goles. También portó el brazalete de capitán de la selección nórdica y se convirtió en uno de los mejores jugadores de la historia de un equipo que hasta ese momento no había disputado ninguna gran competición internacional pero que le dejaría una bonita historia junto a su hijo.
Carreras paralelas
Arnor y Eidur tuvieron similitudes en sus carreras. Ambos se fueron jóvenes al extranjero para jugar en las grandes ligas del fútbol europeo. Los dos debutaron siendo unos adolescentes con la selección de Islandia. También tuvieron lesiones graves de las que por suerte pudieron recuperarse. La experiencia de Arnor fue fundamental para su hijo durante la etapa en el PSV Eindhoven. El pequeño de los Gudjohnsen llegó en 1994 a la cantera del equipo holandés en la que estuvo dos años donde coincidió con Ronaldo Nazario. En 1996 su padre se encontraba en Suecia dando los últimos coletazos a su carrera después de acumular años de gloria en el Anderlecht donde conquistó ocho títulos, pero esto no fue impedimento para que el progenitor telefoneará diariamente a su pupilo para aconsejarle en sus primeros pasos en el fútbol aportando su experiencia.
Sustituido el padre, remplaza el hijo
24 de abril de 1996, corre el minuto 62 del partido amistoso que disputan Estonia e Islandia en Tallin, un encuentro que los nórdicos dominan 0-3 tras el hattrick de Bjarki Gunnlaugsson. Se detiene el juego para dar entrada a jugadores de refresco en los islandeses. En la banda se prepara el debutante Eidur Gudjohnsen y cuando se levanta el cartelón de los cambios para indicar la sustitución marca el número 9, el de su padre Arnor que sorprendido y conteniéndose la emoción trota hacia la banda donde se encuentra con su hijo al que abraza y besa en la mejilla segundos antes de su debut como internacional. Quizás en aquellos pasos hacia la banda que lo conducían hacia la alternativa de su hijo en la selección iban cargados de frustración, pues diez años antes en una entrevista y sin saber que podría hacerse realidad en un futuro, compartió el deseo de compartir cancha con su hijo en un partido internacional. Su padre sentado junto al entrenador veía como Eidur, de 17 años, debutaba e incluso tuvo oportunidad de marcar en un balón que la defensa rival sacó sobre la línea de gol.
La oportunidad que nunca llegó
¿Por qué no jugaron ambos ese partido? Eggert Magnússon, presidente de la Federación islandesa de fútbol, ordenó al entrenador Logi Ólafsson que no debía alinear a ambos juntos porque quería que un hecho histórico de tal calibre se viera por primera vez en suelo islandés. Padre e hijo albergaban la esperanza de poder jugar en el siguiente amistoso que la selección tenía programado un par de meses después contra Macedonia en la fase de clasificación de cara a la disputa del Mundial de Francia 1998. Sin embargo, un mes después del amistoso contra Estonia, el pequeño de los Gudjohnsen se rompió el tobillo en un partido sub 18 ante Irlanda y no volvió a jugar con la selección hasta dos años después cuando su padre ya se había retirado del fútbol.
La saga continúa
En la actualidad Arnor y Eidur están retirados pero la saga familiar de delanteros sigue viva con los hijos de este último. Sveinn Aron golea para el Odense BK, mientras que Daníel Tristan recaló en la cantera del Real Madrid tras su paso por La Masía del FC Barcelona, el club donde su padre consiguió grandes goles en su carrera. Una historia de padres a hijos que continúa y que nos dejó una de las historias más bonitas del fútbol en la que un padre dio la alternativa a su hijo en la selección a través de un abrazo y un beso. No pudieron compartir campo, pasarse el balón o celebrar un gol pero el fútbol juntó a dos generaciones en un terreno de juego en una situación que nunca más se ha vuelto a repetir a nivel internacional.
Fotografía | Archivo personal familia Gudjohnsen