Corramos juntos sin importar el género
Caminando despacio, pero avanzando… palpando con la punta de los dedos del pie derecho donde vamos a posar nuestro próximo paso, la dirección que tomaremos o más bien la dirección que nos dejarán tomar. Todo(s) a expensas de terceros, pero en nuestro caso, con el premio a la mejor carrera de obstáculos que se ha visto nunca en la vida del deporte. El pistoletazo de salida ya se ha dado y la competición no es entre nosotras, sino con la grada, con el afán de demostrar. La clave es luchar. Se trata de la carrera mas larga, posee un nivel de dificultad tan alto que cualquiera podría abandonar a mitad de la prueba. Se trata de toda una corta y dura vida, tal cual lo marca la historia. No son muchas las que conseguirán finalizar la prueba, mientras, desde la grada familiares pero sobre todo hombres abuchean a todas las deportistas y es que el problema de la mujer siempre ha sido un “problema de hombres”. Nadie da un duro por ellas, nadie lo ha dado nunca, y pocas son las que desean demostrarle al mundo lo elementales que son y las funciones que pueden dar al mundo. Encabezando el evento de la carrera y en honor a ella como si de una reina se tratase se encuentra la llamada sociedad por la que van todas estas luchas y la cual desea parar la carrera por miedo a donde puedan llegar las deportistas que corren.
Luchan por poder participar en la misma prueba de obstáculos en las que corren los que las contemplan esperando a que vayan cayendo una a una, y deseando de esta manera poder levantar las manos para aplaudir por su derrota. Puede ser que a las mujeres que pretenden ser iguales que los hombres les faltan ambición. Otras son como hombres y mujeres juntos, luchan ante todo y para todo. Son peligrosas en la carrera, todo el mundo las teme y son las más odiadas desde la grada pero son las que tienen mas posibilidades de llegar hasta el final. Se trata de una carrera que comenzó hace demasiadas generaciones y a día de hoy no existe una en la que todas las participantes hayan llegado a la difícil meta.
No es una prueba limpia ya que las trampas están a la orden del día. La moral y situación psicológica en la que las participantes se encuentren es primordial para que nada ni nadie pueda con ellas. Muchas participantes han pasado a la historia contra todo pronóstico y hoy en día son estudiadas por nuevas generaciones en colegios para que las futuras mujeres sigan luchando por crear una única carrera para todos. Que en ningún momento se cambien las tornas pero si se fusionen ambos géneros. Que si solo somos dos sexos probablemente pasaremos mejor las pruebas apoyándonos uno en otro y no luchando entre nosotros. Corramos juntos para que las gradas del mundo contemplen nuestras victorias unidos.